Finalizada la formación, me entró "ese gusanillo" como decía ella por estudiar y fue así que un día acudi a su despacho a pedirle consejo; casualmente fue cuando la UNED iba a comenzar con el plan de estudios de Psicopedagogía. Ella estaba siempre disponible para ayudar a cualquier alumno o ex alumno, entrañable y simpática me orientó en ese momento de duda.
Estudiar en la UNED no es fácil y mas cuando los estudiantes son personas maduras con responsabilidades y escaso tiempo libre. Muchas veces caí en el desaliento y ahí estaba Mapi con una sonrisa o una palabra de aliento.
La orla de licenciado la recibi de sus manos, momento doblemente inolvidable ya que, mi hija Cecilia, se orló conmigo ese día.
El último recuerdo que tengo de ella data de cuando al finalizar la carrera, recurrí nuevamente a su consejo antes de comenzar mis estudios de doctorado.
Desde este humilde bolg te doy las gracias Mapi, siempre vivirás en el corazón de quienes tuvimos el privilegio de conocerte.